Los padres y cuidadores pueden tener dificultades para controlar algunos comportamientos difíciles de los niños con síndrome de Down. Una técnica que ha demostrado ser eficaz para mejorar el comportamiento es el método del “tiempo fuera”.
Esta estrategia consiste en sacar al niño de la situación o el entorno en el que se está produciendo la conducta desafiante y colocarlo en un espacio tranquilo y seguro durante un breve periodo de tiempo. Esto puede ayudar a calmar al niño y a volver a centrar su atención, al tiempo que proporciona al cuidador la oportunidad de abordar la conducta y explorar alternativas adecuadas.
Es esencial tener en cuenta que el método del tiempo fuera sólo debe emplearse en determinadas circunstancias y con la orientación adecuada de un profesional sanitario o un especialista en conducta..Además, debe utilizarse siempre de forma positiva y de apoyo, y no como una forma de castigo.
Para una utilización eficaz, es crucial establecer expectativas y normas inequívocas, una comunicación eficaz y proporcionar un refuerzo positivo cuando se muestre un comportamiento adecuado.
La coherencia es fundamental, y atender a los niños requiere una estrecha colaboración con los profesionales sanitarios para garantizar que el enfoque se aplica correctamente y el mejor interés del niño.
Así como expresa nuestra colaboradora María Stroman, en general, el método del tiempo fuera tiene potencial para ser una herramienta útil en el manejo de las conductas desafiantes en niños con síndrome de Down. Con la orientación y el apoyo adecuados, los cuidadores tienen la capacidad de ayudar a su hijo a desarrollar un comportamiento positivo y a mejorar su calidad de vida en general.
Ignorar cuando se están portando mal ¿es una solución factible?
Muchos niños con síndrome de Down muestran altos niveles de sociabilidad. A menudo, les gusta recibir atención, aunque sea negativa.Si un comportamiento no es inseguro, intenta pasarlo por alto y abstente de hacer ningún comentario. A veces esto es suficiente para que deje de actuar de ese modo.
Utiliza los tiempos muertos con prudencia. Hoy en día, la mayoría de los padres conocen bien el concepto de “tiempo fuera”. Sin embargo, muchos adultos, como profesores y cuidadores de niños, a menudo tienen dificultades para aplicarlo eficazmente.
Para comprender el concepto de tiempo fuera, es imprescindible contemplar las causas profundas del mal comportamiento de los niños.
En muchos casos, el niño encuentra alguna forma de disfrute o recompensa en la realización de conductas desafiantes.
Por ejemplo, considera una situación en la que un niño está acompañado por sus padres y su pediatra en la consulta de un médico. En medio de la conversación, el niño apaga las luces de la consulta. El médico y los padres saltan de sus asientos y corren hacia el pediatra de sus asientos, corren a regañar al niño y se apresuran a volver a encender las luces de nuevo.
Antes de que el niño apagara las luces, sus padres y el médico probablemente estaban probablemente charlando y sin prestarle mucha atención. Al apagar las luces esto cambió rápidamente.
El tiempo fuera se basa en la idea de que, para que los niños dejen de hacer algo, tenemos que hacer que ese comportamiento sea menos divertido y/o gratificante.
En el caso de apagar las luces, una buena respuesta sería que todo el mundo se quede muy tranquilo, vuelva a encender las luces y retome su conversación. Esto elimina la motivación para que el niño repita este comportamiento.
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La práctica del tiempo fuera va un paso más allá. Para eliminar cualquier aspecto divertido o interesante de un comportamiento, buscamos una zona de la casa o del aula que no tenga nada gratificante.Puede ser un rincón de la habitación o un pasillo.
Es importante que en el espacio de tiempo fuera no haya juguetes, televisión o personas. Reaccionar ante el mal comportamiento de tu hijo gritando, llorando, regañándole y enfadándose no es divertido para ti. Pero recuerda que estas reacciones pueden ser interesantes o gratificantes para tu hijo.
Cuando tu hijo se porte mal, intenta evitar estas reacciones. Mantener la calma es menos probable que su hijo repita el comportamiento en cuestión.
A veces, los niños se portan mal porque no tienen otras opciones para afrontar una situación. Por ejemplo, un niño en edad preescolar que niño en edad preescolar con dificultades para hablar puede dar una patada a otro no sabe cómo pedirle que juegue. En casos como éste, puede ser necesario disciplinar a tu hijo, pero también deberías considerar la posibilidad de enseñarle o entrenarle.
Los profesores o el personal sanitario de su hijo pueden instruirle en esta técnica.
Como los niños con síndrome de Down suelen aprender mejor con la repetición, es posible que haya que modelar esto muchas veces. Los colegios suelen estar dispuestos a ayudar con este tipo de intervención.