Nuestros compañeros peludos nos hacen compañía, nos proporcionan un sentido de propósito y motivación, y siempre parecen encontrar la forma de sacarnos una sonrisa cuando más lo necesitamos. Además, pueden ser increíblemente beneficiosos para los niños con síndrome de Down.
Numerosos niños con discapacidad sienten predilección por la compañía de los animales. En esta nota te exponemos cómo podemos usar a las mascotas para las terapias de las personas con síndrome de Down. Además, ¿cuáles son las razones por las que tener una mascota puede ser extremadamente beneficioso tanto para los niños como para sus padres
¿Qué es la macoterapia?
El uso de animales de compañía en terapia, se ha generalizado como parte de los tratamientos médicos integrados para diversas afecciones mentales y físicas, entre las que se incluyen: el cáncer, la parálisis cerebral, el trastorno de estrés postraumático y las enfermedades cardiacas.
Aunque esto aún no ha sido vastamente explorado por la literatura médica, es muy difundida su práctica. Muchos confían en sus beneficios, mientras que algunos cuestionan si los métodos y las conclusiones de los estudios se basan en las preguntas correctas.
Algunos defensores de la terapia con animales de compañía creen que tiene una finalidad beneficiosa, ya que ayuda a la persona a afrontar o recuperarse de síntomas de salud y mejora la calidad de vida de quienes tienen necesidades especiales, como autismo o síndrome de Down.
Sin embargo, otros expresan su escepticismo respecto a que estas formas puedan sustituir a otros tratamientos científicamente probados, como los antidepresivos con receta.
La terapia asistida con mascotas consiste en la interacción entre un animal adiestrado (y su adiestrador) y una persona que está en transitando una enfermedad. Esta no solo implica a amigos peludos como los perros, sino también a los gatos que suelen entrenarse para cumplir unos criterios de selección específicos.
El equipo profesional es el que suele seleccionar una especie adecuada a las metas terapéuticas.
Las sesiones están formalmente estructuradas para integrar la terapia en el plan de tratamiento del paciente.
La terapia se personaliza en función de los objetivos de tratamiento del receptor, según las indicaciones del profesional médico tratante. Además, las sesiones de terapia están bien documentadas y forman parte del seguimiento del progreso de recuperación o curación de la persona.
Los animales también se emplean para otros fines, conocidos como actividades asistidas por animales. Este tipo de montaje es menos rígido y suele tener fines más reconfortantes, recreativos y lúdicos, como interacciones casuales, visitas a hospitales y entornos terapéuticos para ancianos.
Las mascotas aumentan la confianza y la responsabilidad
A veces, las mascotas desempeñan un papel más importante en un hogar, más allá de ser simples miembros adorables. Especialmente para los niños con síndrome de Down, los animales de servicio, sobre todo los perros, pueden ser excepcionalmente beneficiosos al proporcionarles la ayuda necesaria que complementa sus capacidades.
Aunque no todas las personas con necesidades de accesibilidad lo requieran, tener los peludos en casa puede proporcionarnos apoyo en tareas cotidianas.
Tener una mascota da a los niños un sentido único de la responsabilidad que no puede reproducirse con ninguna otra cosa. Aunque los niños no tengan pleno control sobre el cuidado de su peludo familiar, es relevante animarles a participar activamente en las tareas cotidianas, como alimentarlo e higienizarlo.
Como resultado de este nuevo sentido del propósito, se producirá un aumento natural de los niveles de confianza. A los niños con discapacidad se les suele decir lo que no pueden hacer, en lugar de centrarse en lo que sí pueden hacer
Otro punto es que los acompañan en días en los que la tristeza los invade. Los obstáculos de la vida pueden ser aún más difíciles para los niños con síndrome de Down. Las personas pueden encontrar consuelo y distracción de sus problemas teniendo un compañero peludo con el que acurrucarse, llorar o establecer vínculos. Aunque no resuelva totalmente el problema, puede ser una fuente útil de consuelo.
Estas mascotas, a su vez, nos animan a levantarnos y a ser más activos. Esto conduce a una mejora de la salud física y mental. Incluir un animal de compañía en el hogar de una persona con síndrome de Down puede tener un impacto inmensamente positivo.
El aspecto más crucial es tener una conversación previa con tu hijo sobre la decisión. Aunque es probable que lo aprueben, implicar a todos en el proceso de toma de decisiones encaminadas a mejorar su vida es el camino a seguir.
Por último, y habiendo mencionado todo lo anterior, como advierte nuestra colaboradora, María Stroman, es evidente que las mascotas mejoran nuestro bienestar mental. Las investigaciones indican sistemáticamente el impacto que tienen nuestros amigos peludos en nuestra salud mental. Según un informe reciente, el 94% de los propietarios de mascotas afirmaron que sus amigos peludos les hacían sentirse felices, mientras que el 84% afirmó que tenían un impacto realmente positivo en su salud mental general